Solamente la seguí con la mirada mientras, a lo lejos, la veia huir. Pero no huía de mí. Bueno, si huía de mí. Pero a la vez escapaba de sus problemas, de su familia, de su monotonía y de ella misma. Me gustaba, tenía una rebeldía inherente que la hacía atractiva. Aunque, y después me di cuenta, esa mal llamada rebeldía era una mera especie de miedo infundado a cambiar. Y ese miedo se tradujo en tomar malas decisiones. Tal vez yo fui una mala decisión para ella. De hecho estoy seguro que debo haberlo sido porque me borró de su memoria de manera instantánea, cómo un eterno resplandor. Otro error o mala decisión para ella, fue mentir. Y yo también mentí, incluso a mi mismo. A veces creo que me miento un poco todos los días. Pero ella le mintió a toda su legión de necesitados. Hambrientos subditos que claman por comida y mendigan un poco de amor y cariño, y espero que ya no sea como cuando ella me dijo: "hace mucho tiempo que no hago el amor"y si, ella mas bien follaba con su pareja, un buen chico debo decir, de manera automática y sin sentimiento alguno, y lo lamenté por ella.
Y a veces, al caminar mientras escucho que algo aprieta mi cráneo, pienso "que tal si...". Obviamente la suerte está más que echada, así que ese pensamiento, a diferencia de ella, no ronda más mi cabeza.
Es difícil tomar decisiones, es difícil no tomar decisiones. Es difícil vivir con los ojos abiertos. Una sonrisa, colilla al suelo y sigo caminando, acelerando un poco el paso, cómo si él viento y la velocidad me ayudaran a olvidar.
lunes, 12 de junio de 2017
Huir
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