jueves, 2 de febrero de 2017
I wanna be your dog.
Creo que ahora, cuando somos fantasmas, afloran mis sentimientos y perversiones sadomasoquistas. Porque, ante la ausencia obligatoria u opcional, más te pienso. Ante los problemas y dramas que te golpean en la cara una y otra vez, más quiero amarrarte a mi lado. También porqué cuando estás atada a tú cama y me hablas desde lejos, siento la urgente necesidad de darme latigazos hasta sudar sangre. O cuándo te dispones a lavar tus heridas en la ducha, siento las ganas de ir en persona a lamertelas. Porqué la vida es dura pero hay cosas más duras y dientes más apretados. A veces creo qué todos necesitamos un par de golpes en la cara, rasguños en la espaldas, mordiscos en el cuello y labios sangrando. Hay sabores distintivos. Necesito verte desde otro ángulo, más horizontal qué la última vez, más despojados que la última vez, más abandonados qué la última vez y con las manos menos atadas. Al menos sé que harías muy bien el papel de sumisa, porqué haces todo lo que te ordenan al pié de la letra. Faltan collares, sobran cadenas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario