lunes, 30 de enero de 2017

Codos Pelados

La vida es divertida. Hace un tiempo atrás estaba atada de manos, con la cabeza metia en banalidades y soñando con el futuro. Que hacer, como actuar, que era lo correcto. Vinieron tiempos un poco dificiles, se quebró el cristal que tenía y que pensé que era un reflejo de lo que quería. Pero no, todo siempre fue lo que me hicieron querer, me intentaron apagar. Pero la resistencia es algo con lo que uno nace, el aguante se lleva en la piel y gracias a eso salí ilesa. Me metí en líos, lo acepto. Varios corazones se rompieron en el proceso, lo sé. Perdí cosas y oportunidades en el camino, no importa, ya está hecho. Tuve qué andar un buen trecho para encontrar tranquilidad, una tranquilidad a medias en todo caso, porqué soy parte de ese selecto grupo de personas qué nunca están del todo tranquilas, ¿una condición mental?¿un estado de ánimo? No me interesa. Me encontré con animales, árboles, mares, ríos y lagos. Hablé cara a cara con las nubes, frente a frente con las montañas. Me acerqué peligrosamente a los acantilados y mire hacía abajo. A veces hay que perder la cabeza para saber como actuar y dejar qué todo siga su curso. ¿Y ahora? Construí una trinchera con las cosas que yo quería, con la gente que yo quería. Utilicé todo lo qué destruí para levantar una fortaleza, y ahora estoy tranquila, dentro de lo posible. Y lo más importante, puedo reír cuándo quiera, porqué esto es lo que yo quiero.

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