miércoles, 25 de enero de 2017
Spit it out
Es fácil escupir al cielo y tratar de alejarte corriendo para que no te llegue de vuelta. Bueno, en ocasiones el escupo va teledirigido. Por más que corras y que te bajo todos los paraguas del mundo, tarde o temprano te llegará ese asqueroso escupitajo directo en el ojo, y la saliva caerá por tu mejilla, luego se arrastrará hasta tu mentón para convertirse en un delgado hilo y marchará tu ropa. Es inevitable. La buena notícia es que si te escondes tras la persona correcta, en el momento correcto, tal vez, aquella saliva pegajosa y viscosa, le explote justo en la cara. Con suerte consigues un buen punto de vista para ver el espectáculo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario